En la antigüedad se consideraba que para la enseñanza de las ciencias era estrictamente necesario contar con un laboratorio bien dotado, aunque cabe resaltar que precisamente en estos tiempos se llevaron a cabo grandes investigación y aun lo siguen haciendo, pero a lo largo de la historia y con aportes de distintos autores, en la actualidad esa idea es considerada como errónea, ya que el docente o facilitador tiene grandes retos centrados en la enseñanza de las ciencias, teniendo como base los conocimientos previos de los estudiantes y conociendo el contexto que los rodea. Su verdadero papel que es el de retar a sus estudiantes a resolver problemas y a construir conocimiento útil en función del desarrollo de competencias científicas e investigativas. Utilizar la información disponible para resolver problemas es una de las tareas a la que debe habituarse el estudiante para que los aprendizajes adquiridos tengan relevancia y significancia tanto para él como para los demás.
Es
recomendable empezar a formar a los niños y niñas en ciencias desde los
primeros años de vida, despertando su curiosidad y haciéndoles preguntas no
sobre lo que ya sabe sino sobre lo que no saben, permitiéndoles que el averigüen
las respuestas por si solos dándoles las herramientas necesarias para que lo hagan. Este puede ser el camino que nos
lleve a un trabajo edificante y autoestructurante, donde se pueden formar
personas que les cautive conocer y comprender las leyes que rigen el
comportamiento de la naturaleza y que al mismo tiempo aprendan a interactuar con
ella ayudando a resolver sus problemas ambientales y a minimizar el impacto que
deja la utilización de sus recursos.
publicado por Liny Yorelis Ricardo C
publicado por Liny Yorelis Ricardo C